Hay veces en la vida que te sientes solo aunque un mar de gentes se encuentre a tu alrededor, y eso es lo que me pasaba. Muchas caras todas grises y violaceas, con trajes negros me rodeaban, y me empujaban sin saber porque hacía dentro, hacía donde la playa se me hacía imposible de ver.
Podía no importarme, antes no me hubiera importado, pero sin fuerzas salí, salí de allí luchando con uñas y dientes poco me importaba si le hacía daño a alguno, sus caras no reflejaban nada, absolutamente nada, podían haber sido tranquilamente dibujos y entonces cuando estaba a punto de salir alguin agarró mi pie, pero antes de caer irremediablemente me así de la mano de alguien, alcé la vista y... ¿quién era?.